ido

Que la vida me persigue
y me disgusta.

Me acompaña la pena,
la gente vacía
de conversaciones mudas,
bromas sordas
y respuestas correctas.

De afanes misteriosos,
que no conozco,
que no sé qué quieren de mí,
ni qué puedo ofrecerles,
ni qué buscan.

Soy un desaparecido.

Que me he encontrado
en muchos lugares,
en muchos brazos,
besos
hogares.

Que ya no me recuerdan.
Ni espero.

Aunque siempre me mire,
cuando paso, pasajero,
por esas veredas.

Si seguirá allí
quien fui,
esperando
que vuelva.