my year of rest and relaxation es un libro tan horrible, tedioso, caprichoso y arrogante como su protagonista; he pasado años atormentada por este sentimiento y no puedo callarlo más.
Nos presenta un personaje principal auto destructiva, grotesca, indiferente, “alta, blanca, rubia y delgada” con un titulo en una de esas carreras de mentira que ejerce en su trabajo de mentira a quien le atribuyo el retratar perfectamente el estar deprimida, cómo se siente navegar una vida incómodamente cómoda con la carga de no querer estar en ella, “una artista sin arte” hundida en su propio baño de melaza con la imposibilidad de mirar al pasado y tener algo que añorar, o un futuro por el que esperar, una existencia fría e impersonal que hace que el presente no sea más que una repetición sonsa de los mismos pensamientos, una apatía generalizada que se contagia a través del texto. Nos relata su vida colmada de situaciones aburridamente superficiales, agobiantemente citadinas, nos lleva por su laberintosa aventura por tomar un descanso, que ella siente que la hará aparecer nueva y lista para tomar por fin, las riendas de su existencia, inducido por fármacos recetados por la psiquiatra más complaciente e incompetente en Brooklyn.
es inevitable ver los cientos de reseñas escritas por mujeres que sienten comodidad al leer este libro y ver una mujer desorientada, con problemas magnificados por su propia psique, malos hábitos, separada de su realidad y un instinto de autodestrucción inexplicable que parece que hubiera evolucionado para ello; para muchas ha sido la bocanada de comprensión que buscaban en un mundo que nos dice que nos callemos, que minimiza la incertidumbre de estar en este mundo con todo tu alcance pero con un desanimo atropellante que te pide a gritos que tomes un descanso de esta nada que agobia tanto. El problema principal llega cuando la estética de la obra nos hace idealizar este estilo de vida, nos da permiso a tener veinti tantos y ser una auténtica pesadilla de persona, y nos presentamos en comunidades que igual que justifican este comportamiento, entonces vamos con actitud de la narradora, y odiamos todo y nos quejamos en nuestro dialogo para nuestro publico imaginario que seguramente si nos entiende.
Quiero pensar que la autora no tuvo la culpa, que su intención no fue echar leña al fuego en un movimiento de poco importancia por nuestra propia vida, al nunca darle nombre a la narradora y usar una descripción tan vaga que nos deja imaginar a la joven estadounidense soñada presentada en cada pieza de cultura popular, con una dinámica de pareja que pudo ser tomada de la experiencia de una chica su clase navegando la escena de las relaciones modernas. Refleja mas bien a las hijas del consumo constante y desmedido, que dejamos que la vida nos lleve y nos mueva, que estamos desesperadas por atención pero nos reusamos a humillarnos por ella. Quiero pensar que Otessa nos da ésta version exagerada que si leemos con un tono satírico, nos da una herramienta interesante para la auto evaluación de los problemas, del privilegio y de nuestra actitud a la vida
Necesitamos personajes femeninos desagradables, necesitamos verlas, escucharlas, ponernos en su carne, no para justificarnos y validar la dejadez que Normalizamos (e idealizamos) sino para hacernos mirar a dentro y pensar ¿Necesito descansar o necesito dejar de tener una vida de mentira?