Ahora pienso y pienso,
sobre las hojas que caen en el suelo.
veo a los sapos de noche
los demonios que caminan por el techo
cuando vea todo lo que tengo que ver
le daré gracias al cielo
por ti, por ti sola.
y sobre el espacio entre nosotros
de mí para ti
va cada secreto
vienen del campo a vestirse de hierro, con venas de aceite y óxido en los dedos
repiten como autómatas lo que decían los ancestros
mientras pierden la fé en las tradiciones de nuestro pueblo
los llamo igual que llamo a los espantapájaros
los llamo como el mártir clama al al cielo
los llamo como la braza al fuego, y los miro como mentira que rueda bajando el cerro
El fruto del palo ha llegado tarde este verano
y la fruta cada vez más pequeña
la lluvia amenaza al suelo seco
que no llega
hasta que se vuelve tormenta
pero el tiempo casi acaba
los gusanos salen de sus huecos
el aire se torna dulce, y el viento sopla fuerte
helando mis huesos
«el cielo oscurecerá por un tiempo»
dicen los viejos
y yo que ya lo he vivido, lo entiendo
pero no le tengo miedo
solo espero que la próxima vuelta
el sol sea más brillante, y el suelo más negro
pa que mis mangos vuelvan a tener fuerza
y yo sueños